Para una mujer, informarse sobre los procedimientos que pueden ser experimentados en una consulta ginecológica, es algo necesario. La citología o Test de Papanicolau es uno de los más comunes e importantes entre los principalmente usados. Este procedimiento no requiere de ninguna preparación previa y la muestra puede ser tomada en cuestión de minutos.
La intención de esta publicación es, dar a conocer qué es la citología, sus beneficios e indicaciones. Además, podrás conocer un poco más a fondo el procedimiento, para que entiendas lo que tu doctor hará. Te invitamos a seguir leyendo para crear una opinión propia sobre la importancia de este test.
¿Cómo se puede definir la citología?
La citología no es más que el estudio de las células individuales que componen un tejido, puede practicarse con diferentes tipos de muestras. En la ginecología, se toma la muestra en el cuello uterino, la porción más externa de este órgano y que se mantiene en contacto con la vagina.
Cabe destacar, que esta parte del tejido cuenta con una característica que explica por qué se debe tomar la muestra en este punto. El cuello uterino posee un epitelio de transición, donde las mujeres pueden tener cierta tendencia a desarrollar lesiones celulares que podrían convertirse en cáncer de cuello uterino.
Esta técnica diagnóstica puede ser practicada por cualquier galeno que conozca a cabalidad el procedimiento y el análisis será hecho por un bioanalista o un anatomopatólogo. En la actualidad, esta técnica es de amplia utilización en el cribado de patologías malignas y premalignas, de ahí gran parte de su importancia.
¿Todas las mujeres deben someterse a este test?
A fin de diagnosticar y prevenir las patologías que podrían poner en riesgo la vida de las pacientes, esta técnica está indicada en todas las mujeres. Una vez iniciada la actividad sexual se recomienda que las mujeres asistan a su control ginecológico una vez al año. En dicha consulta se hará la toma de muestra, permitiendo llevar un control de sus células y detectar cualquier cambio en las mismas.
De acuerdo con las recomendaciones que hacen los especialistas, las mujeres solo deben tener en cuenta 3 aspectos que podrían impedir la toma de dicha muestra. Primero, la presencia de la menstruación, puesto que, el sangrado podría alterar los resultados. En segundo lugar, si han dado a luz o se les ha practicado alguna intervención que involucre el área genital en los días previos a la consulta.
Continuando con lo anterior, el tercer lugar lo ocupan las condiciones como el coito vaginal, los tactos, el uso de condones femeninos y la ecografía vaginal. Situaciones que pueden ser prevenidas para lograr una consulta completa.
Hablando de las mujeres embarazadas, este test no se encuentra contraindicado. Todas las mujeres en gestación deben someterse a una citología como control y esta no complicará el embarazo. La creencia de que la toma de la muestra puede inducir a abortos o partos antes de la fecha adecuada, es totalmente falsa.
¿Qué tan molesto es el procedimiento?
Para cualquier mujer, este método puede sonar como algo incómodo o incluso molesto, pero nada está más alejado de la realidad. La recolección de las células se hace con un instrumento delicado o un hisopo y posteriormente se coloca sobre una laminilla para microscopio. No se usan cortes, ni amerita suturas, es simplemente un barrido de las células de su cuello.
Con respecto al periodo posterior a la toma de la citología, las pacientes pueden llevar una vida normal. Este procedimiento no requiere reposo y en caso de presentar algún tipo de sangrado, esto no requiere de tratamiento.
Habitualmente se requiere de la realización de una especuloscopía que permita exponer el cuello cervical para hacer el trabajo del médico más sencillo. Esto también disminuye las molestias durante la exploración y hace que las células captadas sean más específicas.
¿Por qué es tan necesario este estudio celular?
Los antecedentes familiares y las relaciones sexuales sin métodos de barrera, pueden predisponer a una mujer a padecer de patologías del cuello uterino. El cáncer de cuello es uno de los más comunes en el género femenino y su prevención y tratamiento dependen de un diagnóstico oportuno.
Por su parte, el VPH puede ser diagnosticado a través de la citología, permitiendo tratarlo en sus estadios iniciales y disminuyendo el riesgo de transmisión a la pareja. Muchos ginecólogos se han dedicado a perfeccionar la interpretación de los resultados de este estudio, mejorando el pronóstico y la vida de las pacientes.
Se hace una recomendación a todas las mujeres para que asistan con regularidad al ginecólogo y permitan que se les realice este test. A pesar de que puede ser una situación incómoda, los beneficios sobresalen por encima de las molestias que pueda ocasionar.
¿Cuánto tiempo deberás esperar por los resultados?
Considerando que recolectar las células y extenderlas en la laminilla puede tomar, poco más de 5 minutos, los resultados, sí deben ser esperados por algo más de tiempo. Por regla general, la laminilla se envía a un laboratorio donde se da la preparación de las células para su examen en el microscopio.
El tiempo mínimo de espera suele establecerse en 48 a 72 horas según el laboratorio y la cantidad de muestras que reciben. Pero en algunos servicios, sobre todo, cuando la muestra es llevada a un centro público, la espera puede ser de hasta 8 días. Esto no debe generar preocupación en la paciente, puesto que, indiferentemente del resultado, estos tiempos aplican para todos los análisis.
Como puedes ver, este método es de gran importancia para prevenir las enfermedades y detectar oportunamente aquellas alteraciones que requieran de tratamiento. Todos los ginecólogos se dedican a cuidar a las mujeres y su salud sexual y reproductiva, pero también depende de ellas el asistir a controles anuales.
Ábrete a la posibilidad de ser atendida por un profesional, tu salud y tus genitales sabrán agradecerlo. Como último dato, este test también puede detectar infecciones vaginales asintomáticas, permitiendo tratarlas y deshacerte de las molestias que podrían llegar a generar.