La vulvodinia define un síndrome de dolor vulvar crónico con un examen clínico normal. Estas pacientes se quejan de un intenso ardor en la vulva, que es particularmente debilitante.
Se identifican dos entidades diferentes: la vulvovestibulitis, que afecta principalmente a mujeres jóvenes cuyo dolor se concentra únicamente a nivel del vestíbulo y se provoca al menor contacto, en particular durante cualquier penetración, y la vulvodinia disestésica, que se encuentra en mujeres posmenopáusicas cuyo dolor es espontáneo y puede involucrar toda la vulva.
La etiología no está clara, pero parece multifactorial. Para el manejo adecuado y multidisciplinario de estos pacientes, es importante seguir un abordaje diagnóstico estandarizado para excluir cualquier otra causa, en particular de origen infeccioso,
¿Qué es la vulvodinia y vestibulodinia?
La vulvodinia se define básicamente como un fuerte dolor en la vulva. Las pacientes que presentan este síntoma se quejan principalmente de la persistencia de una intensa sensación de ardor, pero a veces describen molestias vulvares en forma de molestias, irritación, hormigueo o incluso tirones.
Este síndrome de malestar vulvar crónico está ligado a un espectro muy amplio de lesiones, que van desde una simple alteración de la flora, como las micosis recurrentes, hasta una enfermedad grave incapacitante como el cáncer de vulva. Independientemente de la gravedad de estas patologías, estos síntomas tienen la particularidad de ser poco específicos.
Por su parte la vestibulodinia es un dolor crónico (durante al menos 3 meses) que se presenta en forma de ardor o sensación cortante durante un simple contacto del vestíbulo (periferia de la entrada vaginal) principalmente entre las 3 y las 9 de la mañana. Puede ser primaria, es decir que estuvo presente desde la primera inserción de un tampón/intento de penetración o incluso secundaria, es decir que pudo haber penetración sin dolor antes de la aparición de la misma.
Causas de la vulvodinia y vestibulodinia
La vulvodinia resulta de una disfunción del sistema de modulación del dolor. Normalmente, el dolor es una señal de alerta para advertir de la aparición de daño tisular. En el caso de la vulvodinia, el cerebro recibe información de «dolor» en ausencia de daño tisular y los mecanismos de bloqueo del dolor son entonces defectuosos.
Por su parte, las causas de la vestibulodinia son múltiples y pueden incluir, entre otras:
- Comorbilidades como fibromialgia y síndrome del intestino irritable o tendencia a tener reacciones inflamatorias exageradas.
- Ser propensa a infecciones vaginales repetidas.
- Cierta vestibulodinia secundaria inducida puede comenzar después de tomar un anticonceptivo oral.
- Aumento de las terminaciones nerviosas nociceptivas y disminución del umbral del dolor a nivel del vestíbulo vulvar.
- Ansiedad, estrés y depresión.
- Músculos hipertónicos del suelo pélvico y otras estructuras hipomóviles.
¿Cuáles son los síntomas?
El dolor puede afectar toda la vulva, incluidos los labios mayores, o solo una parte de ella, como el vestíbulo que corresponde a la entrada de la vagina. En este caso, hablamos de vestibulodinia.
Muy a menudo, el dolor que se siente se caracteriza por un ardor intenso, particularmente debilitante, a veces asociado con malestar vulvar en forma de malestar, irritación, sensación de hormigueo, tirantez, pellizco o sequedad.
El dolor de la vulvodinia puede ser espontáneo, es decir ocurrir en ausencia de cualquier contacto local o provocado por el contacto (relaciones sexuales, ropa ajustada, tampón, estación para sentarse, productos de higiene, tópicos medicinales, exámenes ginecológicos, bicicletas, equitación, entre otros.). El dolor también puede provocar la evitación de las relaciones sexuales y la pérdida del deseo sexual.
¿Cómo tratar la vulvodinia?
El apoyo implica:
- Reconocimiento por parte del médico tratante de las quejas de las pacientes relacionadas con la vulvodinia. De hecho, una explicación clara de la patología y la empatía brindan tranquilidad, que es esencial;
- Teniendo en cuenta los diferentes componentes y repercusiones de esta condición.
Se tratará pues, en un primer momento, de eliminar cualquier factor alérgico, y de garantizar una correcta hidratación de las mucosas, en particular después de la menopausia, lo que puede garantizarse mediante el uso de lubricantes en el momento de las relaciones sexuales, estrógenos locales, o incluso cremas hidratantes.
Los baños de asiento con agua, así como los emolientes tópicos (vaselina, crema fría, cerato, aceites de almendras dulces, etc.) o “curativos” pueden tener un efecto calmante. Puede ser útil un anestésico local, como gel de lidocaína o nebulizador, especialmente durante las relaciones sexuales, o incluso analgésicos orales.
Según el impacto psicológico del dolor, puedes iniciarse un tratamiento antidepresivo. De igual forma, se pueden indicar sesiones de rehabilitación perineal por un fisioterapeuta familiarizado con esta patología. Básicamente, se trata de masajes en los músculos perineales y algunos ejercicios para reducir la tensión que se encuentra en dichos músculos. Esta es una excelente opción para reducir considerablemente el dolor.
También se debe tener en cuenta la parte emocional del dolor, por ejemplo mediante un abordaje psico-corporal mediante el uso de la hipnosis, la relajación o incluso la meditación.
Finalmente, las consultas con un sexólogo pueden completar el tratamiento. La vulvodinia a veces forma parte de un contexto de dificultades conyugales independiente del problema vulvar y sus consecuencias sexuales. En este tipo de casos, la terapia puede ser de gran utilidad.
Tratamiento para la vestibulodinia
Los dos tratamientos de elección comprobados por la literatura son la fisioterapia y la terapia cognitivo-conductual. El enfoque combinado de los dos parece ser el más efectivo.
En fisioterapia se abordarán varios aspectos entre ellos:
- Higiene vulvar e irritantes vulvares.
- Desensibilización manual de la región perineal mientras permanece bajo el radar del cerebro.
- Ejercicios de relajación y relajación general.
- Ejercicios de respiración.
- Técnicas y ejercicios para normalizar la función de los músculos del suelo pélvico; restaurar el tono, el control, la fuerza y la resistencia del perineo.
- Si es necesario, se ofrecerán dilatadores/acomodadores para desensibilizar y promover la penetración.
Además, se puede añadir el uso de analgésicos orales o cremas tópicas prescritas por el médico, pero con menor evidencia científica. En los casos en que estos abordajes no han sido suficientes para solucionar el problema, la vestibulectomía, que es un abordaje quirúrgico, obtiene buenos resultados. Sin embargo, nunca es una opción superior.